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Ricardo Santizo, Co fundador y director general de Smartfit
Ricardo nos cuenta cómo, a pesar de estar bien posicionado en una empresa multinacional, decide emprender una cadena de gimnasios hoy ya conocida: SmartFit.

Ricardo trabajaba en Panamá cuando decidió emprender Smartfit, para ese entonces Go Fit. Entró a Nestlé desde que se graduó de la universidad; sus primeros cuatro años en Guatemala y luego en Panamá, este último donde ascendió y encontró estabilidad financiera. A pesar de estar en otro país, nunca perdió el deseo de emprender. Su primer intento fue en 2015, cuando su hermano, él y unos amigos panameños con experiencia abrieron una app de envíos a domicilio en Guatemala. La idea se ejecutó, pero no pudo llegar a donde esperaban.
Más adelante se le presenta una segunda oportunidad. Su hermano menor estudiaba emprendedurismo en una universidad guatemalteca y para una clase tuvo que investigar distintas opciones para montar un negocio. Así identificaron un gran nicho de mercado: personas que no ven la mensualidad de un gimnasio como una inversión, sino como un gasto. Ricardo y sus hermanos tomaron la decisión después de investigar en otros países este modelo de negocio y lanzaron Go Fit a finales del 2017. Su propósito era ser disruptivos y democráticos, ¿pero cómo vender un servicio de gimnasio a una población en la que menos del 2% hace ejercicio? El precio fue la primera forma de hacerlo: otras cadenas de gimnasios tenían barreras de entrada como las variantes de precios, las mensualidades altas, o por otra parte, eran económicos pero las máquinas eran viejas, las instalaciones sucias, etc.
¿Cómo lograron quitar esas barreras de entrada? Ofreciendo instalaciones a las que daba gusto ir, el equipo más top para hacer ejercicios, entrenadores, clases, facilidad de pago y una suscripción que se paga mes a mes y es accesible; con Q150 al mes los clientes pueden acceder a las mejores instalaciones y con Q215 pueden ingresar a cualquier sucursal del país y de latinoamérica. En comparación con otros gimnasios, sus precios son muy económicos por lo que ofrecen, esto significa que su forma de operar es atraer a muchos clientes diariamente sin descuidar el servicio que brindan. Logran esto diseñando planes y clases para entrenar en el menor tiempo posible, además de que llevan un control del flujo de personas según la hora para que todos sepan a qué hora es más conveniente llegar si quieren menos contacto.
La transición de Go Fit a Smartfit no fue planeada. En este podcast Ricardo cuenta los pormenores de cambiar de una inversión propia a ser parte de una franquicia. Según relata, el primer Smartfit en Guatemala abrió antes de la pandemia. Cuando cerraron todas sus instalaciones acababan de abrir la primera sucursal de El Salvador y en Guatemala ya tenían varias ubicaciones. Por consejo de los dueños de la franquicia invirtieron el tiempo muerto del gimnasio en crear una gremial de gimnasios durante el confinamiento. Juntos hicieron una petición para hacer una prueba en septiembre del 2020 para abrir algunos gimnasios con todos los protocolos. Así comprobaron que son un centro de salud y no de contagio. A la fecha, siguen implementando estrategias para que las personas puedan acceder a los entrenos y hacer ejercicio con las limitaciones de usar mascarilla, también continúan planeando iniciativas en pro del usuario junto a las otras cadenas de gimnasio, como servicios de nutrición, apps de entreno, ejercicio híbrido y demás. Definitivamente ha sido un reto ser rentables durante la pandemia con la disminución de aforo, pero están dispuestos a tomarlos y superarlos.
Libro: Shoe Dog – Phil Knight