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Sarah Alzugaray – Empresaria y líder
Sarah Alzugaray es un ejemplo de mujer exitosa en diferentes áreas de la vida por medio de luchar por su pasión y mantener su esencia

Las claves para un negocio exitoso y una vida emocionante con Sarah Alzugaray
Sarah Alzugaray demuestra que la actitud es lo más importante. Ella cuenta con una carrera impresionante en el mundo de los negocios. Ha sido dueña de varias empresas y, ahora, además de dedicarse a las ventas, da conferencias para inspirar a jóvenes emprendedores a superar sus límites.
Desde pequeña su papá, de nacionalidad cubana, le enseñó que en la vida era necesario trabajar para obtener lo que se quería. Sarah no creció en una familia adinerada, ni fue a los mejores colegios, pero nunca le faltó nada. Ella cuenta que durante su niñez siempre tuvo el sueño de ser bailarina, pero por la falta de dinero y por un problema en sus piernas nunca pudo asistir a clases de danza. A pesar de esto, Sarah no se dejó vencer y encontró otra actividad que le apasionaba: vender. Cuando estaba en el colegio empezó sus primeros negocios, aunque en ese entonces no sabía siquiera que ella tenía el alma de una emprendedora.
El primer negocio formal que fundó fue un bar llamado “Loros” ubicado en la zona viva del país. Era el año 1993 cuando lo inició con la ayuda de dos socios quienes también eran grandes empresarios: Carlos Maldonado y Enrique de León. Sarah explica que fundó el bar sin saber nada de negocios, ya que su única razón para abrir “Loros” fue su pasión por la música y el baile. A pesar de ello, gracias a su constante trabajo lo sacó adelante. Años después, en 1997, Sarah de nuevo se impulsó más allá de sus límites y logró ser la primera mujer en ocupar el puesto de directora en la Liga Nacional de Fútbol en Guatemala. Esto no fue sencillo, ya que la subestimaban mucho por el hecho de ser mujer. Sin embargo, no se dejó derrumbar y siempre siguió adelante.
Otra de las empresas que Sarah fundó fue Eurobodegas, una distribuidora de juguetes, la cual fue reconocida a nivel internacional por sus ingeniosas creaciones como los Clackels, las Perfumitas y Los Apestosos. Según cuenta, la empresa era muy exitosa, pero hubo un momento en que sintió que necesitaba un cambio. Gracias a esta experiencia aprendió que, no importa qué tan exitoso sea un negocio o qué tanto dinero genere, lo más importante es que exista pasión detrás del trabajo. Eurobodegas ya no era lo mismo para Sarah, así que decidió buscar un trabajo en algo que le apasionara de nuevo. Entonces, entró al mundo de bienes raíces y empezó a trabajar en Remax. Su esfuerzo y disciplina la llevaron a obtener el primer lugar como vendedora en Guatemala y el número 21 a nivel latinoamericano.
Con sus experiencias Sarah ha entendido que lo más importante que tiene una persona es su nombre, puesto que nadie se lo puede quitar. Ella explica que es importante tener una buena reputación, ya que, de esa forma, si alguien desea empezar de nuevo puede hacerlo. Además, resalta que la buena actitud en la vida es lo que permite a las personas llegar lejos. Aunque Sarah sí considera que el dinero es importante, cree que este y la esencia de una persona son cosas separadas. El valor del dinero depende de quien se lo da. Por esta razón, hay que aprender a renunciar aun a los negocios más exitosos cuando detrás de estos ya no hay pasión, pues la vida vale más que cualquier otra cosa. También asegura que puede haber momentos difíciles, pero que el éxito verdadero es la suma de todas las veces que alguien se levanta. La resiliencia es clave para salir adelante. Debido a todo el conocimiento que ha adquirido, ahora se dedica a ser mentora de jóvenes, como un trabajo aparte, para enseñarles aquellas cosas que no se aprenden sino con la experiencia.
Recursos
- Marketing espiritual de Joe Vital: Este es uno de los libros que Sarah recomienda a las personas que deseen emprender. En el libro, el autor da los 5 pasos para generar riqueza y llegar al éxito. Además, el libro hace énfasis en que la persona, para triunfar, debe saber combinar el aspecto material y espiritual de su vida, puesto que ambos son caras de la misma moneda, es decir, son dependientes el uno del otro.